Debido a lo que haya podido llegar a
interpretarse como una aparentemente amplia campaña en contra de nuestra
organización, nos vemos obligados a denunciar de manera abierta y explícita que
estas maniobras de difamación y criminalización han sido en todo momento
orquestadas por el PCE(r) y sus
colectivos satélites, quienes han hecho uso de las redes sociales y distintas
plataformas virtuales con el fin de propagar de forma rápida y perniciosa su
mensaje destructivo.
Por lo tanto, con la única intención de
aportar una verdad clara y concisa, nos vemos en la obligación de redactar este
comunicado explicando el porqué de toda esta campaña desde una perspectiva
histórica.
Hace tiempo que el PCE(r), Partido
Comunista de España (reconstituido), se ha dedicado a llevar a cabo una serie
de acciones en contra de Reconstrucción Comunista que en ningún caso nada
tienen que ver con formas o tareas de organización y funcionamiento
democráticas y, mucho menos, con las relaciones de cordialidad entre
organizaciones comunistas, es decir, a hacer uso de maniobras más bien propias
de una secta.
En su día contactó con RC una persona cuyo
único objetivo era entablar relaciones orientadas a crear diferencias en
nuestro seno y generar confrontación, para así poder lograr que el PCE(r)
acabara por absorber a nuestra organización, hecho que les resultaría imposible
debido a las profundas diferencias ideológicas y su propio funcionamiento
anticomunista.
Viendo la inoperancia de sus tretas y tras comprobar
que la tarea de dividir a nuestra organización no resultaba tan fácil como
pensaran en un inicio, decidieron dar un paso más allá en su descrédito de intentar
destruirnos infiltrando, cual elementos del Estado, a uno de sus miembros en nuestra
organización con la intención de dinamitarla. El infame fue descubierto y
expulsado de la organización, hecho respecto al cual disponemos de la
suficiente información y documentos personales redactados por esta persona que
atestiguan su intención de destruir Reconstrucción Comunista y frenar el
crecimiento de la organización, pruebas que haremos públicas si se atreven a
negarlo en algún comunicado.
A esto se dedica el PCE(r); a destruir organizaciones
y arrebatarle el papel a quienes habitualmente se dedican a ello, es decir, al Estado.
No conformes con toda esta serie de
“lindezas”, lanzaron una campaña mediática de desprestigio contra nosotros
afirmando que “nos metíamos” con los presos del autodenominado Movimiento
Político de Resistencia, es decir, del PCE (r) y los GRAPO. Ante esto,
cualquier persona que conozca medianamente la trayectoria de Reconstrucción
Comunista, es consciente de que no solo hemos sido activamente solidarios con
los presos políticos del PCE(r) y los GRAPO, sino que incluso, por la dimensión
de esta misma solidaridad, se ha llegado a decir que el PCE(r) y RC éramos
organizaciones hermanadas.
El que pretendan hacer creer que el
realizar una crítica de forma abierta y pública a un partido, por tener
concepciones erróneas y una práctica lamentable, supone atacar a sus presos
políticos es demencial. Se dedicaron, además, a ir enseñando por ahí un dosier
con fotos y comentarios anónimos de redes sociales intentando hacerlos pasar por
críticas individuales de militantes de RC a su partido, no a sus presos,
haciendo uso de la falsificación y de la demagogia, principales armas políticas
del PCE(r).
En las circunstancias creadas por esta
campaña difamatoria se escudaron para cometer dos agresiones cobardes a dos miembros
de nuestra organización, una de 15 contra uno, la otra con porras extensibles
por la espalda, por parte de un conocido grupo de lúmpenes de Madrid. Para
evitar que les salpique, el PCE(r) actúa así; enviando matones para hacer el
trabajo sucio ya que no pueden ganar de forma política.
Después de estas agresiones han comenzado
otra campaña de mentiras señalándonos a nosotros como los atacantes y, además,
varios colectivos fantasmas han sacado comunicados defendiendo a estos lúmpenes,
haciendo pasar a los agresores por víctimas y a las víctimas por
agresores. Por mucho que intenten
esconderse detrás de distintas siglas, siguen siendo exactamente los mismos pero
con diferentes nombres.
Flaco favor está haciendo al antifascismo
todo aquel que apoye a estos elementos despreciables. Están sembrando un camino
que les llevará a su propia destrucción, ya que la verdad siempre acaba
venciendo y, en este caso, es algo que juega en su contra. No vamos a hacer un
llamamiento a que se les expulse de los movimientos sociales tal y como hacen
ellos, pues no están en ninguno, pero este tipo de actitudes no deben ser
permitidas.
Por último, el colmo es que nos acusen de
chivatos y policías, ellos que se inventan las agresiones, que se han dedicado
a subir nombres y apellidos a internet, que han publicado direcciones
particulares, que han repartido cartas con información personal en casas de militantes
políticos para difamarnos. Reiteramos una vez más que, siempre que se dé
información o datos personales nuestros, haremos público quién lo está
haciendo. Cada vez que suframos un ataque haremos público quién lo ha
realizado.
Estos lúmpenes son los mismos que acusaron
de ser unos chivatos tanto a Alfon como a su abogado, son los mismos que tacharon
de chivatos a miembros del antifascismo de Madrid. Siempre actúan igual: tildan
a todos con los que confrontan políticamente con ellos de colaboradores policiales, sin embargo, ellos son los únicos
que realizan un trabajo sucio que perjudica de forma evidente a la actividad
política de quienes no comulgan con sus formas rastreras.
Ellos fueron quienes intentaron usar el
caso de Alfon de forma oportunista, los que dinamitaron el movimiento
antirrepresivo en Madrid en esa época, los que han agredido históricamente a
antifascistas. Alguno se cree comunista y, sin embargo, para atacarnos se
juntan con los elementos más anticomunistas intentando hacernos pasar por
chivatos para ganar apoyos. En su esquema mental y su ideal sobre la “clandestinidad”
creen que nadie sabe lo que hacen ni quiénes son. Pero eso es solo cosa de su
imaginación.